Por Leviatán | 22 de abril de 2025- A seis meses del inicio de la nueva administración en Cuajimalpa, la percepción de seguridad entre sus habitantes se ha desplomado de forma alarmante. La Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU), publicada hoy por el INEGI, revela que 49.2% de los ciudadanos se sienten inseguros, más del doble del 22.5% registrado apenas un año atrás.
El cambio es tan drástico como desconcertante. En marzo de 2024, Cuajimalpa figuraba entre las tres demarcaciones más seguras del país, compartiendo ese privilegio con zonas como Benito Juárez y Piedras Negras. Hoy, ha caído hasta el lugar 28 a nivel nacional, y aunque aún se posiciona como la tercera más segura dentro de la CDMX, la tendencia apunta hacia una erosión acelerada del ambiente de tranquilidad que por años se sostuvo en la demarcación.
Desapariciones que estremecen
A esta preocupación estadística se suman hechos concretos que han conmocionado a la ciudadanía. En menos de 12 horas, se activaron nueve Alertas Amber en la Ciudad de México, seis de ellas en la colonia Navidad de Cuajimalpa. Un par de adolescentes menores de edad, fueron reportadas como desaparecidas sin que hasta ahora existan avances públicos en sus casos.
Estos episodios no solo evidencian una falta de reacción institucional, sino que refuerzan la percepción de que algo grave se está descomponiendo en el tejido social y en la capacidad de las autoridades para dar respuesta.
Un liderazgo cuestionado
Mientras el clima de inseguridad crece, los rumores también circulan. En redes vecinales y foros ciudadanos, se ha señalado al actual alcalde por una presunta relación con redes de extorsión y estructuras criminales, además de una preocupante ausencia de control y autoridad real dentro del gobierno local.
Incluso, se ha mencionado que durante su administración anterior, la figura que verdaderamente ejercía el poder era su madre, mientras él pasaba largas temporadas en Cancún, lejos de los problemas cotidianos de la alcaldía.
Hasta ahora, no ha existido una desmentida firme ni una postura clara por parte del alcalde ante estas versiones. Lo que sí es visible es un vacío: en la calle, en la comunicación pública y, sobre todo, en los resultados.
Una nostalgia silenciosa
El contraste con el pasado inmediato es inevitable. Sin idealizar gestiones anteriores, la memoria colectiva de los cuajimalpenses parece comenzar a comparar, a cuestionar, a extrañar.
Porque al final, cuando la seguridad se pierde, lo que queda es la añoranza por quienes, al menos, lograban que la gente durmiera tranquila.
¿Qué diablos está pasando en Cuajimalpa?
Y más importante aún:
¿Será que Cuajimalpa empieza a extrañar a su Dragón?